El verdadero final del sufrimiento

LA INTEGRACIÓN DE LA INDIVIDUALIDAD DEL SER Y LA UNIÓN –INTEGRACIÓN DE LA COLECTIVIDAD EN LA UNICIDAD

 Esta mañana, mi despertar ha sido a través de una preciosa imagen de un sueño. Era un guapo y joven hombre que viajaba en un tren y desde una aparente libertad ilusoria, se hacía una pregunta: ¿de verdad soy feliz?

 Como ya todos sabemos, la libertad no se alcanza porque es en realidad un estado del sentir. Para llegar a este estado tenemos un largo camino pues hemos de hacer dos tareas básicas y fundamentales. Primero hemos de conectar con nosotros mismos, salir del exterior para entrar en nuestro interior. Una vez conectados con nuestro interior, hemos de vaciarnos de todo aquello que no somos pero que nuestro EGO se ha encargado de hacernos creer que SOMOS. Después hemos de escapar de la trampa de la MENTE, salir de su juego, de su laberinto, pues es muy fácil perderse en él. ¿Y cuál es la forma de salir de ese laberinto? SENTIR, sentir desde lo más profundo y bello de nuestro CORAZÓN y desde una limpieza de todo eso que teníamos dentro de él que tampoco éramos nosotros. En este punto, estaremos conectados a la PUREZA DE CORAZÓN a través de una mente LIMPIA de toda negatividad y desconectada de la trampa laberíntica que siempre nos enganchaba y nos hacía perder el norte.

 La llave para abrir la puerta de ese laberinto es la COHERENCIA EMOCIONAL. Es pensar, hacer y sentir siempre al UNÍSONO. Y aquí es donde hemos de encontrar la FUERZA y el VALOR para EMPODERARNOS, para que esta tarea no caiga en el olvido o en la culpa del no complacer a los demás, siempre por supuesto, desde el punto de máximo RESPETO, COMPRENSIÓN y AMOR a cada SER que experimenta y con todo su derecho, su LIBRE ALBEDRÍO.

 Aun así, no estamos completos. En la individualidad del SER libre y puro estaremos muy bien, pero aún incompletos. Falta esa parte que tanto cuesta integrar y la vida nos pone constantemente pruebas delante para que la podamos aprobar. Sí, la UNIÓN Y ACEPTACIÓN CON TODOS Y TODO LO QUE NOS RODEA. “EL SER UNO CON LA CREACIÓN”. Todo lo que vemos, como ya sabemos, es una parte de nosotros mismos, es un trocito de brazo, de pierna, de un dedo de nuestra mano o de nuestro corazón, porque en realidad , cada trocito de ese puzle externo a nuestro cuerpo, es una parte del MULTIVERSO, y cada trocito del Multiverso, es una parte de nuestro SER. Hasta que no aceptemos esto, no podremos comprender la trascendencia de cada gesto, cada palabra, cada sonrisa, cada lágrima, cada mirada, cada impulso, cada pensamiento y cada sentir. Desde el sentir de todo lo que ocurre dentro y fuera de nosotros como algo sagrado, bello, inocente y puro, es desde donde encontraremos la verdadera INTEGRACIÓN y COMPRENSIÓN de todo desde la plenitud y la ACEPTACIÓN de este aprendizaje o viaje del recuerdo haca el centro de uno mismo y al centro del campo colectivo al unísono. En este viaje es muy importante llevar dos cosas en la maleta siempre a mano, el aceptar todo lo que sucede y el perdonarnos todo lo que hacemos. Esta es la forma de mantener a la mente en la serenidad. No pretender comprenderlo todo desde el primer momento también es importante, porque entonces la mente empieza a funcionar y  ya estaremos de nuevo en el laberinto. ¿Y qué otra cosa nos falta en la maleta que es también fundamental? AMAR, AMAR de forma incondicional y libre de toda carga y responsabilidad. Liberándonos y liberando a todos los demás de deuda y condición. El AMOR es esa verdadera conexión de nosotros en individualidad dentro de la UNICIDAD desde la pureza de corazón, el perdón y la paciencia ante lo que no comprendemos, respetando cada creación y a nosotros mismos que nos hemos olvidado de la sabiduría de nuestro SER y hemos entrado en la trampa del EGO y la MENTE.

 Esto por supuesto corresponde a la tercera dimensión, pues cuando nuestro ser se encuentra en multidimensionalidad o en la quinta dimensión y sus sucesivas en ascensión, todo esto no existe, no nos hará falta ningún viaje ni maleta, pues estaremos experimentando la PLENITUD DEL AMOR Y LA UZ EN SU MÁS PURA ESENCIA.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

NAMASTÉ

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Autora: Inmaculada Perea (impesal2012@gmail.com)

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